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| Tejiendo. Fotografía: Magdalena García Fernández. |
Volé hasta México y sentí frío al alejarme de todo lo que me rodeaba, de mi gente... Sentí nostalgia y lloré antes de llegar... Me alojé durante casi un mes en un hostal en DF mientras conocía el funcionamiento de la ONG con la que iba a realizar las prácticas de mi máster desde sus oficinas... Esperaba ilusionada poder trasladarme lo antes posible a las comunidades indígenas de Chiapas y observar de cerca cada una de las miradas de las mujeres socias de la Cooperativa J'Pas Joloviletik (las que hacen tejido) y poder entrar de alguna manera en su forma de vivir.
Viajé hasta San Cristóbal de las Casas y al llegar volví a llorar.. Seguía echando de menos a mi gente, pero mis lágrimas venían de un concepto diferente... Mi alma lloraba al sentirme por fin cerca de ellas, entenderlas, escucharlas. Aunque su lengua es el Tzotzil y la mayoría de ellas no hablaban el castellano, logré entender lo que decían con su expresividad...
Realizábamos el taller para que ellas visionaran su día a día.."Nos levantamos a las 6 de la mañana, hacemos café. Recogemos leña, molemos el maíz, limpiamos los trastes...". "En mi casa veo tristeza porque no puedo comprar medicinas...".
Observé a esta mujer indígena...y fotografié mi, pero también su sentimiento. Hablaba, contaba su día a día, cómo veía su vida y no levantó ni un instante la mirada del pañuelo que estaba tejiendo el cuál vendería al terminarlo en la Cooperativa para poder tener un poco más de ingresos y poder vivir un poquito mejor...
No solo esta mujer, todas las mujeres tzotziles que he podido conocer me despertaron la mirada, el alma, y me sentí feliz de poder estar viéndolas en su lucha tan dignamente... Me sentí orgullosa por ellas y desde ese momento supe que el día que vuele hacia España volveré a llorar al alejarme de ellas, aunque tan solo hayan pasado dos meses a su lado... Gracias...Gracias a todas las socias de la Cooperativa J'Pas Joloviletik... Gracias por hacerme un poquito más humana.
